¿Sabías que las calles hablan? Yo no lo sabía, lo descubrí el otro día, justamente el día en que dijiste que te ibas para no volver.
Fíjate, te cuento, iba yo pasando por la calle, aquella en la que, una vez nos vimos casi de madrugada, aquella vez en que tú no te animabas a pedirme algo que querías pedirme, me acuerdo, estuvimos ahí largo rato… pero te iba diciendo que pasaba por ahí y cuando menos lo esperaba la calle dijo «¡Pensé que nunca lo dirías!» Fue algo así como un susurro en sonido estereofónico, con eco ¿sabes?
Se me enchinó la piel. Luego me dije – Han de ser los ecos de tu mente – y me seguí de largo.