Empoderada no, despierta y libre, sí

La palabra poder no me gusta, quizá porque desde mis clases de historia aprendí a asociarla con los grandes y poderoso imperios que dominaban extensos territorios a través de conquistas sangrientas. Poder me suena a imposición, despojo, dominación, supremacía, arrebato, control.

Por eso, hoy que me preguntaron si me sentía una mujer empoderada sentí la enorme necesidad en las entrañas de decir que no (y eso que aún no me daba una vuelta por las páginas que arroja la búsqueda por google de «mujer empoderada»… No se los recomiendo, por favor, no lo hagan). Y dije que no, que no me gusta ese adjetivo adherido a la palabra mujer, primero porque el concepto de mujer tiene un significado mucho muy grande y segundo, porque creo que es así como quiere el sistema que nos audodefinamos;

Han ido por aquí y por allá tratando de vendernos la idea del empoderamiento para decirnos que sí, que hay un caminito trazado para que nosotras, como mujeres que nacimos en éste sistema opresor (ésto no lo dirán así ni de chiste) transitemos hacia el empoderamiento personal, hacia la autorealización de lo que, desde ahí, desde la mirada aprobatoria del sistema que nos mantiene sometidas, se considera que es a lo que debemos aspirar.

Hay que saber, es imperante tener siempre presente que el sistema nos pone trampas a cada paso que damos.

Amar la vida… honrar la vida

El momento del despertar, la toma de conciencia después del sueño… El letargo.
Este habitar de nuevo el cuerpo, acomodarse en él, reconocerlo y aceptarlo. Un bostezo, pedazo de vida en forma gaseosa que esperaba por mí.

Reencontrar los pedazos, reunir las partes, acomodar el alma, ajustar y equilibrar.

Saberse valioso, exigir respeto a esa valía. Nada por encima de lo cierto, nada por debajo de lo hablado. Nada escondido, todo al desnudo.

Nunca más una mirada a medias, ni una frase a medias, ninguna palabra rebuscada, ni medio secreto.

Ser tratado con gentileza y dignidad debe ser el deseo más básico. Tratar a los demás con gentileza y dignidad también debe ser el deseo más elemental. Porque uno sólo es el universo y porque todo está interconectado; porque todo lo que sale de ti regresa a ti.

Es el momento de despertar.

2013-01-23-22-03-20